Una de las "ventajas" en disponer de tiempo es poder elegir el día y la hora más apropiados para visitar ciertos lugares, como en este caso. Si la otra vez que estuve soplaba un viento atroz, frío y las nubes amenazaban lluvia, en esta ocasión me presenté de nuevo en las ruinas (a la carta) en una hermosa tarde de septiembre cuando los rayos de sol le daban de lleno. Este hermoso paraje se encuentra enfrente de las recientemente mencionadas cuevas del Caballón, pero aún habrá más...
Para hacer un poco de memoria y conocer más de este agreste e intrincado lugar,
pincha aquí.
VÍDEO RECOPILATORIO:
5 comentarios:
Solo te pido que lleves buen calzado en estos paseos tan vertiginosos...
Precioso el entorno aunque me produce un poco de vértigo pensar el el trabajo de quienes construyeron la ermita.
Saludos
Deme: Eso por descontado, Pero aunque parezca que vaya tan vertiginoso, intento ser muy prudente. De todas formas algunas secuencias las pongo un poco aceleradas para no alargar demasiado el vídeo y pudiera parecer que voy a toda leche, jeje.
Saludos,
Ambas: No te digo nada cómo podrían vivir en lugares, no como éste, sino como castillo de Petralata y lugares parecidos. Tubo que ser durísimo, pero eran tiempos de miedos e invasiones y habría que estar al acecho. Saludos,
El ave que aparece en la primera foto se trata de un halcón peregrino. Me acabo de enterar.
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