domingo, 22 de septiembre de 2013

Ermita-Castro de Santa Ana (Oña). A la carta solar.

Una de las "ventajas" en disponer de tiempo es poder elegir el día y la hora más apropiados para visitar ciertos lugares, como en este caso. Si la otra vez que estuve soplaba un viento atroz, frío y las nubes amenazaban lluvia, en esta ocasión me presenté de nuevo  en las ruinas  (a la carta) en una hermosa tarde de septiembre cuando los rayos de sol le daban de lleno. Este hermoso  paraje se encuentra enfrente de las recientemente mencionadas cuevas del Caballón, pero aún habrá más...
  Para  hacer un poco de memoria y conocer más de este  agreste e intrincado lugar, pincha aquí.







VÍDEO RECOPILATORIO:

5 comentarios:

El Deme dijo...

Solo te pido que lleves buen calzado en estos paseos tan vertiginosos...

Ambar dijo...

Precioso el entorno aunque me produce un poco de vértigo pensar el el trabajo de quienes construyeron la ermita.
Saludos

ZáLeZ dijo...

Deme: Eso por descontado, Pero aunque parezca que vaya tan vertiginoso, intento ser muy prudente. De todas formas algunas secuencias las pongo un poco aceleradas para no alargar demasiado el vídeo y pudiera parecer que voy a toda leche, jeje.
Saludos,

ZáLeZ dijo...

Ambas: No te digo nada cómo podrían vivir en lugares, no como éste, sino como castillo de Petralata y lugares parecidos. Tubo que ser durísimo, pero eran tiempos de miedos e invasiones y habría que estar al acecho. Saludos,

ZáLeZ dijo...

El ave que aparece en la primera foto se trata de un halcón peregrino. Me acabo de enterar.