Este árbol singular de la provincia de Burgos se encuentra en terrenos del pueblo de Cubilla (Partido de la Sierra en Tobalina) en plenos montes Obarenes.
Hace tiempo que teníamos previsto visitarlo pero por una cosa o por otra, se iba posponiendo hasta que consideramos que deberíamos conocerlo antes que llegara el invierno crudo y duro, que en esta zona se manifiesta con nevadas relativamente abundantes.
Al ubicarse en unos terrenos ganaderos, con barrizales debido a las abundantes lluvias de días pasados y rodeados de numerosas vallas, tuvimos que ingeniárnoslas para encontrar el acceso idóneo. Mientras lo intentábamos pudimos dar un paseo por su precioso entorno. Nos encontramos con caballos, vacas y burros, así como perros perdidos de las cacerías que se desarrollan por los entornos.
Buscando un acceso.
Bonito ejemplar de sauce cabruno.
Campos de lavanda en letargo.
Maíllo de Cubilla, manzano silvestre. Al fondo el macizo del Humión.
Sólo quedaban unas pocas manzanas aisladas.
El comienzo del invierno meteorológico había despojado casi por completo sus hojas.
Dentro de la provincia de Burgos es, tras la capital, la población que cuenta con más monumentos catalogados.
Como se necesita mucho tiempo para conocer su gran patrimonio civil, hemos hecho una pequeña ruta urbana donde intentamos abarcar la mayoría de los edificios, casonas, palacios, torres medievales que consideramos más interesantes. No sé si lo habremos conseguido.
Comenzamos con la torre de los Velasco, para desde allí, subir desde sus cercanías, hasta el mirador de la Herbosa.
A continuación estuvimos callejeando por el centro hasta la hora de comer. Al haber mercado rural estaba todo petado de gente pero conseguimos encontrar mesas libres en el Hostal el Rincón donde comimos muy bien.
Torre de los Velasco.
Recreación del cadalso que hice en su día, clicando aquí.
En las cercanía de Cubillejo de Lara se localiza un hermoso ejemplar de enebro, catalogado como árbol singular de España.
El sol amenazaba con ocultarse y nos quedaba poco tiempo para visitar este magnífico ejemplar de enebro que normalmente solo consiguen llegar a arbustos y poco más.
Su acceso se hace a través de un camino que comienza en el lateral de la iglesia y alcanzarlo era cuestión de unos minutos. Precisamente desde este punto parte una pista que lleva al interesante castro de Peñalara después de atravesar su muralla.
Justo antes de que se extinguiera la luz mágica del atardecer conseguimos sacar las fotos y el vídeo. Tocaba regresar.