El día de regreso lo utilizamos para visitar el tramo del Cañón del Río Lobos que discurre entre el parking y la ermita de San Bartolomé. Aunque el día pintaba muy gris y con amenaza de lluvia, al final aguantó sin caer ni una gota. A pesar del corto trayecto de poco más de un km. tuvimos ocasión de otear el entorno lleno de arcos y cuevas naturales. Sin duda, unos parajes espectaculares.
También aprovechamos a hacer unas tomas del castillo de Ucero desde un portillo, a la altura de la Cueva de la Galiana.
Vistas del castillo y el pueblo de Ucero desde el portillo.
Toma del castillo aplicando zoom.
Saliendo del parking en dirección a la ermita.
Poza de Valdecea.
Comenzando el paseo.
Formaciones geológicas a lo largo del trayecto.
Buscando tomas.
El Balconcillo que alcanzamos una vez llegados a la ermita.
Clic.
Clic.
Ermita románica de San Bernabé asociada a la la Orden del Temple.
La ermita del Cañón del Río Lobos se encuentra en el lugar equidistante de los dos extremos de la Península: entre Cabo de Creus en Gerona y el Cabo Touriñán en Galicia. Una circunstancia que otorga a esta ermita de una mayor dosis de misterio.
Portada de la ermita.
Capiteles de la portada.
Rosetón de 6 corazones enlazados.
Canecillos.
Ábside.
Más canecillos.
La ermita desde el lado norte.
La cueva Grande o de San Bartolomé.
Clic.
Cortados espectaculares y nidos de buitres en su entorno.
Pequeña subida que comienza desde la ermita y sube al "Balconcillo".
Fue construido por la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Acre, entre los siglos XII y XIII, a las afueras de la ciudad de Soria, junto al río Duero.
Del antiguo monasterio románico de San Juan de Duero sólo se conservan la iglesia y un espléndido claustro con influencias mixtas.
Se trata de un claustro con una estructura cuadrangular a cielo abierto del que destacan sus cuatro arquerías de distinto orden, que sorprenden por el entrecruzado y los capiteles esculpidos con la fantasía del medievo.
La iglesia es sencilla, de una sola nave y ábside semicircular. La nave se cierra con bóveda de cañón apuntado y el ábside con bóveda de horno. Destacan los dos templetes adosados al muro en el comienzo de la cabecera.