La idea de acercarnos a Basconcillos del Tozo pasaba por la inexcusable visita a la cueva del Agua. Se trata del sumidero del río Hurón (aunque adopta distintos nombres) y que kilómetros después reaparece con el nombre definitivo de Rudrón. Estamos en los inicios del denominado parque natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón.
Aunque al principio nuestra idea era "ir a tomar el fresco" por causa del verano tan agobiante de calor que estamos pasando, el día salió nublado y super agradable para pasear y de paso trastear dentro de la cueva. No pretendíamos profundizar demasiado en sus entrañas porque para estas lides hay que estar preparado y llevar un equipo mínimamente aceptable. Así que, con nuestros limitamos medios, nos conformamos con disfrutar de la primera gran cámara después de introducirmos por las estrecheces "verticales"de su amplia entrada.
La humedad era muy grande, pero se agradecía el frescor de las diminutas partículas de agua que flotaban en el aire y que aparecían en los destellos de las linternas frontales. El aliento se convertía enseguida en vapor de agua y el "fresco" se dejaba notar. Se respiraba de maravilla. El silencio solo era interrumpido por las gotas de agua que de vez en cuando caían del techo.
Pero alcanzar este enclave no fue el único propósito...
Acercándonos al anfiteatro rocoso donde se abre el portalón de la cueva. |
El portalón donde se introduce el río. |
Clic. |
Entrada por el ancho portalón de baja altura. |
En estos pagos existen numerosas leyendas protagonizadas por mostruosas y enormes serpientes. |
Brillos de "plata" tapizan techos y paredes. |
Después de salir de la cueva, ascendimos por el circo rocoso que empotra al río Hurón. |
El portalón. |
Fin de la primera parte. |
VÍDEO ELABORADO POR KEPA B. RUANO:
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