Ermita románica de Santa Cecilia (Vallespinoso de Aguilar).
27-07-2025.
De la ermita de Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar se ha dicho que es "uno de los mayores aciertos del arte, el paisaje y la poesía, juntamente". Encaramada sobre un peñasco, nos invita a descubrir las posibilidades del arte románico rural. Su construcción nos sugiere un cierto carácter defensivo y muestra la originalidad de unos artífices que supieron solventar el desnivel de la roca creando un templo en diferentes alturas, idóneo para la teatralidad buscada en el edificio románico.
En su portada, los capiteles capturan la vida del hombre medieval como podemos observar en el incompleto calendario agrícola. En uno de sus canecillos encontramos la representación del erotismo, plasmación de una diferente concepción del sexo en la Edad Media.
Se desconoce el origen de la ermita aunque por sus rasgos estilísticos se ha datado a finales del siglo XII. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1951 restaurada, por la Dirección General de Bellas Artes, en 1957.
Su sencilla estructura consta de nave, presbiterio -cubiertos con bóveda de canon apuntado- y ábside semicircular con cascarón. A mediodía se levanta una curiosa torre, cuadrangular hasta media altura y después circular. Entre la nave y el presbiterio se alza una pequeña espadaña. La decoración, como es habitual, se concentra en la cabecera y en la portada.
El ábside está compartimentado al exterior mediante dos columnas que ascienden hasta el alero. En los espacios delimitados entre ellas se abren tres estrechas aspilleras de medio punto, las laterales remarcadas con sencillas cenefas y la central por sendas columnas y arquivolta decorada a base de palmetas. El mismo esquema se reproduce al interior.
Dos arquerías ciegas dobles, de intradós trilobulado, flanquean el presbiterio. El arco toral, apuntado y ceñido por una moldura de dientes de sierra, apoya sobre capiteles: el izquierdo muestra una representación de Sansón matando al león y el de la derecha una pareja de grifos enfrentados.
La portada, adosada al muro y protegida por un tejaroz, se abre mediante arco ligeramente apuntado y una sucesión de arquivoltas en degradación -algunas adornadas con entrelazos y hojas- que apoyan en capiteles de temática vegetal e historiada. En el lateral occidental se representa a San Jorge matando al dragón, una lucha de centauros, dos arpías enfrentadas y varias escenas alusivas al tránsito de las almas al más allá, con San Miguel y el demonio. En el oriental, que se inicia junto a la puerta, se suceden las tres Marías ante el sepulcro, una mujer (posiblemente Santa Cecilia) con un cuchillo y tres hombres portando libros, otras arpías enfrentadas, dos figuras sosteniendo manojos de llaves (en los que se ha querido ver a San Pedro) y, finalmente un grupo de difícil interpretación, tal vez músicos tocando sus instrumentos, ángeles con los símbolos de la Pasión o personajes con objetos agrícolas.
Pasadizo hacia la parte exterior del ábside.
Portada.
Capiteles del lado derecho de la portada.
Prolongación de los capiteles de la parte derecha de la portada.
Capiteles del lado izquierdo de la portada que continúa con un friso.
Centauros afrontados..
Vista desde la parte más elevada de la peña.
Ábside.
Capiteles de las ventanas del ábside.
Canecillos del ábside.
Nave principal y la cabecera.
Sansón luchando con un león.
Ventanas absidales.
Arcos ciegos poli lobulados en los lados del presbiterio.
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