Me gusta mucho incidir en esta zona central del Valle de Las Caderechas. Para mi gusto, es una de las preferidas para disfrutar del espectáculo de la flotación de los cerezos, por varias razones: 1) La confluencia de elementos geográficos como el monte El Mazo, el pico Castilviejo o el desfiladero de Río Quintanilla; 2) Elementos arquitectónicos que nos hablan de su historia, como son la torre medieval en el pueblo, la iglesia románica de San Emeterio y San Celedonio en sus cercanías y la existencia de las ruinas casi ocultas del olvidado Castillo Viejo.
En cuanto a las ruinas de lo que se ha dado en llamar castillo de Castilviejo, también denominado por algunos "reducto templario", lo cierto es que su ubicación exacta es el monte de San Vicente, ya que la peña Castilviejo se halla en la otra vertiente del desfiladero. Perteneció al Conde Gundisalus (Salvadores, Condes de la Bureba) y está datado a principios del siglo XI, en época de la repoblación o reconquista. Se compone de varios lienzos murales y un torreón cilíndrico. Su acceso es incómodo y tiene cierta complejidad, ya que se encuentra en un lugar agreste.
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