miércoles, 26 de enero de 2011

De Tamayo a la ermita de San Vitores (OÑA-6)

Os invito a un pequeño paseo para quien aún no conozca Tamayo y la Ermita semi-rupestre de San Vitores , uno de los cuatro patronos de Oña, junto con Santa Paulina, San Juan el Mozo y San Iñigo (ahí es ná). En el trayecto pasaremos también por el paraje donde estuvo ubicada la ermita de San Frutos (San Fructuoso), entre otras, y que constituye una de las referencias relacionadas con Oña más antiguas.



Me voy a permitir un atrevimiento, con respecto a las cuevas que existen en el ruinoso casco de Tamayo. Me considero un gran aficionado a este tipo de cuevas artificiales, he visto unas cuantas, y la mayoría constituían parte de algún eremitorio altomedieval y tan solo en un caso a antiguas bodegas (Barrio La Revilla de Cillaperlata). Las de Tamayo son casi idénticas al antiquísimo eremitorio de Valpuesta. Lo podéis comprobar en los enlaces. Si esto fuera así, existirían muchas posibilidades que el origen de Tamayo estaría muy vinculado a éstas y sería mucho más antiguo de lo que se piensa, pero tan solo se trata de una apreciación personal.

11 comentarios:

Álvaro Tilo dijo...

¡Qué pena!, Zalez, que todo aquel esfuerzo, toda aquella ilusión que un remoto día alguien puso en la creación de esas joyas arquitectónicas, se hayan convertido por el abandono de otros hombres en ruinas. No queda nada, tan sólo son recuerdos del esplendor que un día tuvieron. Así de ingrata es la ley de la vida.

¡Qué interesante! es esta zona, nuestra zona, que tuvo un día el privilegio de ser testigo del nacimiento del idioma castaellano.

Además, contar con tu ayuda es una suerte añadida que se nos ha dado; lo sabes hacer ameno, interesante, instructivo y bonito. ¡FELICIDADES!

Un cordial saludo.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Zález, ¿que pasa que echaste a las ovejas de San Vitores? como te miraban al marchar, jajajajajaja.
Cunado iba a Oña o a Tartales en el autobus de Frías siempre me llamaba la atención Tamayo y pensaba: un pueblo abandonado.
Cuando fuí por primera vez hace ya muchos años me quede sobrecogido por las casas que tenia, se respiraba historia y señorio, pero todo en ruinas no menos que ahora.

Como dice Tilo (por cierto ¿es primo tuyo? jajajaja) lástima que lo que cosntruyen unos hombres lo dejan abandonado otros.

Un abrazo

Montacedo dijo...

Estuve en Tamayo pero de las cuevas (tal vez eremitorios) no sabía ni papa.

ZáLeZ dijo...

Hola ALvaro:
Nuevamene gracias por las cosas tan bonitas que dices, y por qué no decirlo, animas a seguir.
Me gustaría saber escribir y expresarme como lo hacéis, no solo tú, sino como Tierras de Burgos o Temujín (es un placer leeros), porque soy consciente que tengo muchas limitaciones y resulto demasiado funcional, pero siempre he dicho que lo mío, creo, es la imagen y en lo demás hago lo que puedo.
Un saludo cordial,

ZáLeZ dijo...

Hola Abi:
Pobres ovejas, nada más que saqué la cámara echaron a correr como alma que lleva el diablo y eso que doy menos miedo que Bambi.
A mí también me sucedía cuando pasábamos en el autobús por la carretera y se veía Tamayo como si fuera una fortaleza fantasmal.
Alvaro no es primo mío jeje, es mirandés y nos unen inquietudes y mucho interés por nuestra tierra, como también sucede contigo. Ya lo hemos hablado más veces que se agrecede y mucho los comentarios.

Un abrazo,

ZáLeZ dijo...

Hola Montacedo:
Las cuevas están a la izquierda, al final del camino y antes de acceder a los muros de los García Salazar, justo donde se acaban "las ruinas". Una de ellas se halla muy colmada de sedimentos la entrada, pues seguramente se habrán utilizado para mil cosas. Los animales moribundos acuden a estas cuevas a morir...

ZáLeZ dijo...

Hola Paulina:
Gracias. Así lo haré.

mejora dijo...

Hola Zalez: muy buena la entrada , contigo todos los días se aprende. Ya sabrás que yo soy Tamayo de segundo apellido y por tanto desciendo de ahí , sea desde la generación que sea y por tanto tengo interés en el tema , incluso hay una asociación de los que llevamos ese apellido.
Tamayo tuvo que ser un pueblo rico por las casonas de piedra que hay, según Elías en su libro de "Los pueblos del silencio" los habitantes de Tamayo en gran parte eran trajineros y arrieros.
Da pena pasear ahora por el pueblo, y ver como cada vez se cae mas, aunque alguna casa ya han recuperado. Un abrazo

Daniel F. dijo...

Estuve en Tamayo hace años y me gusto pasear por sus desiertas calles. Respecto a las cuevas, pudieran ser bodegas para almacenar víveres, vino o la fruta de la Bureba

ZáLeZ dijo...

Hola Mejora:
Sabía lo de tu apellido y en el enlace donde pongo San Frutos es precisamente una página donde los que tienen apellido Tamayo se inscriben. Es muy interesante y considero que el apellido Tamayo es uno de los más auténticos, autóctonos y porqué no decirlo, bonitos, de nuestra tierra.
Ya he visto que se ha establecido una especie de "comuna" de pucelanos y han recuperado una casona, y otros han hecho alguna casa nueva pues, aunque ruinoso, el pueblo tiene acometidas de agua, luz etc pues a pesar de su apariencia, para mucha gente resulta muy atractivo, tiene un encanto especial, y no es para menos.
Un asaludo,

ZáLeZ dijo...

Hola Temu:
En efecto, tanto la primera cueva donde están los muretes, como la que llamo sótanos, pudieron ser bodegas, pero la más intrigante es la que posteo al principio, que no tiene el tamaño para bodega, y justo al lado hay un frontal de piedra con erosiones simétricas, que hace esquina y bien pudo estar cubierta esa esquina, en origen. El frontal le encuentro un cierto parecido al "Pópilo" (Herrán). Pero como digo, son apreciaciones personales.