Si el día que llegamos a Segovia lo dedicamos a dar una especie de ruta urbana general, al siguiente día tocaba ir desgranando los numerosos puntos de interés de su casco antiguo.
La iglesia románica de la Vera Cruz se encuentra a extramuros de la ciudad de Segovia camino a Zamarramala y fue construída en una ladera llena de tumbas rupestres. Según la tradición fue atribuido a los templarios pero en realidad fue fundada por los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro en 1208. Declarada Monumento nacional en el año 1919. Tiene planta dodecagonal por fuera y circular por dentro. De singular belleza dentro del románico segoviano. Arquitectónicamente tiene un estilo semejante a la mezquita de la Roca y la Basílica del Santo Sepulcro, ambas en Jerusalén. Desde el 1951 pasó a pertenecer a la Orden de Malta, quien la restauró tal como la vemos hoy en día.
Lo primero que hicimos fue pasearnos por su entorno para poder contemplar unas panorámicas de Segovia teniendo como primer plano el precioso templo románico. A continuación accedimos a su interior que nos pareció sorprendente, a la par que misterioso.
Panorámicas de Segovia desde el entorno de la iglesia de la Vera Cruz.
Su exterior es muy austero de fábrica de calicanto
Clic.
Aplicando zoom al alcázar.
Parte sur del templo que mira a Segovia.
Magnífica portada oeste.
Tumbas rupestres.
Misterioso edículo central que recuerda a una gran cripta que se eleva dos pisos.
Ábside central.
Capilla de lignum crucis.
Retablo de la Resurrección.
Mesa de altar con decoración mudéjar.
Virgen de Filermo patrona de los caballeros.
Ábside central con un Cristo de características románicas.
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