Los Ortiz de Valderrama (Frías).

Tenía una deuda con Emilio que amablemente puso a mi disposición documentación de su archivo particular (como burro en un jardín de orquídeas),y gran interés y fijación por esta noble familia de "los Ortiz de Valderrama".

He hecho un poco de recopilación, por lo que mejor transcribo literalmente lo esencial y que consta en el libro que he mencionado alguna vez ( Celestino Quintana Herrán- 1.887, una joyita), así como reproducción de algunas páginas del documento relativo al Blasón y Armas de la familia de los Valderrama de la ciudad de Frías, que se compone de unas 42 páginas donde se detallan multitud de datos que omito por no aburriros y que se corresponden con el último descendiente "romano" reseñado en esta historia, todo ello digno de guión para una buena película histórica que en nada tiene que envidiar a Romeo y Julieta, por ejemplo.
Aguantar hasta el final y así sabréis el porqué de su escudo y muchísimas cosas más.

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..Cabeza de esta familia fueron don Iñigo Ortiz de Valderrama y doña Sancha Díaz de Frías: ella natural de esta ciudad y él de la villa de Valderrama (Valcintra) donde establecieron su castillo feudal; más tenían en Frías su palacio frente a la Iglesia de San Vicente, en el cual se alojó el Rey Fernando I cuando venía huyendo de las acechanzas de don García su hermano .

Los referidos don Iñigo y doña Sancha fueron los primeros fundadores del Monastario de Monjes Premostatenses de Santa María de Bugedo que agrandó después doña Ana de Francia por otro nombre:doña Mayor; de quien daremos luego noticia.

El hijo primero de estos señores se llamó don Rodrigo, que tuvo siete hijos denominados don Iñigo, don Manuel, don Sancho , don Melchor, don Juan, don Alonso y don Bernardo: todos militares y armados caballeros por el predicho rey don Fernando. El mayor don Iñigo fue por este rey nombrado Embajador. Y hallándose en Francia desempeñando este destino en la corte del rey Luis 8º se enamoró ciegamente de él doña Ana, hija del mismo rey y de su esposa doña Blanca, Princesa española, natural de la entonces corte y ciudad de Burgos. No pudiendo don Iñigo resistir a la pasión de la Princesa, casó con ella clandestinamente y temiendo el enojo del rey su padre, huyeron, viniéndose a amparar del rey de Aragón, que estaba malquistado con el de Francia; y para mejor ocultarse doña Ana tomó el nombre de doña Mayor. Esta señora tuvo cuatro hijos de su matrimonio con don Iñigo, uno de los cuales llamado también como su padre, valeroso como todos sus ascendientes, pasó a servir en el ejército de Francia; pero ocultando su ascendencia.

Hallándose en aquella época en guerra Luis 9º el Santo con Federico, Rey de Inglaterra. Y como uno y otro rey se hallaran cansados con la duración y pérdidas de gente e intereses, propuso al inglés dirimir la cuestión en singular desafío; en el que, si no pudiera salir personalmente el rey de Francia, admitiría a cualquiera otro que a su nombre se presentara en el palenque, siempre que éste probara descender de sangre real. Perplejo estaba el francés, sin saber qué determinar, cuando don Iñigo pidió audiencia ofreciéndose al combate, siempre que se perdonase la falta de sus padres, probando ser hijo de la princesa doña Ana y del Embajador don Iñigo Ortiz de Valderrama por medio de un anillo, que a prevención había recibido de su madre.

Sorprendido y admirado el rey, quiso tomar informes de los jefes con quienes había servido aquel joven; y como éstos le manifestasen el valor, con que había peleado y las grandes azañas que había hecho durante la guerra, el rey le bendijo, lo armó caballero delante de su corte y le concedió permiso para que saliera al desafío. Era Federico (Rey de Inglaterra) el brazo fuerte y gran campeador; así que duró la lucha sostenida con valor y esfuerzo por uno y otro lado; más al final quedó la victoria por el joven español que logró cortar la cabeza al rey Federico. Grandes aplausos resonaron en el circo y el vencedor Iñigo fue llevado con músicas y grande pompa al palacio del rey; que le recibió con sumo regocijo. Más al abrazarle se manchó tres dedos con la sangre que brotaba de una pequeña herida, que el joven había recibido. Lo cual vino a ser el fundamento del nuevo escudo que quiso el rey usara en adelante este su sobrino y la familia que de él descendiera, reducido a tres bandas rojas (en representación de los tres dedos ensangrentados) en campo dorado, más tres flores de lis, dos en las puntas y una en medio a forma de corona; pues que "quien el nombre del rey había vencido, justo era que tuviese armas reales". Hízole además grandes y señaladas mercedes; entre otras la de nombrarle Príncipe y Jefe de todos los caballeros nobles de su reino.

Después de esto, les fueron devueltas a sus padres las haciendas que el Rey de España les había confiscado a petición de Luis 8º, cuando se descubrió el matrimonio clandestino. Y congraciados éstos con ambos Reyes, pudieron volver líbremente a su palacio de Valcintra (hoy Valderrama) donde fallecieron sucesivamente siendo enterrada doña Ana en el expresado Monasterio de Bugedo; y su esposo en el sepulcro especial que poseía la familia en la Iglesia de Valderrama. Sus hijos fueron siempre muy honrados en la Corte de Castilla y la hija doña Beatriz, que murió soltera, hizo una fundación de misas y aniversario en nuestra Iglesia de Frías, y fue enterrada en el panteón de sus antepasados en Santa María de Bugedo, para cuyo monasterio dejó en herencia el resto de sus bienes.

El príncipe don Iñigo después de haber vivido varios años muy apreciado en Frías, volvió a España con grande ostentación y fue empleado por nuestros Reyes en varias Embajadas y otros honrosos destinos. De este don Iñigo descienden don Martín Ortiz de Valderrama y el caballero romano don Diego de Valderrama, que casó con la Princesa doña Constanza de la Rinaldi Cherardesca de Médicis, a quienes alude la inscripción que dejamos referida al hablar de esta nuestra Iglesia de San Vicente Mártir...

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Si habéis llegado hasta aquí es que os ha gustado...al menos un poco.

Nota: Las páginas del Libro de Armas son imágenes tratadas digitalmente de fotocopias.