sábado, 12 de agosto de 2023

Ruinas del monasterio de San Antón de Castrojeriz.

 


Apenas 1 km al Norte de Villaquirán y 2,5 al Este del caserío de Castrojeriz, el Camino de Santiago atraviesa bajo el destechado pórtico del Convento de San Antón, inopinado arco triunfal e imagen icónica de la ruta jacobea. Yace hoy en ruinas la que fuera -junto a la de Olite- cabeza peninsular de la Orden Antoniana. Al conjunto primitivo sustituyó éste en el siglo XIV, que conserva, aun sin cubiertas, buena parte de su gran iglesia gótica, levantada en sillería, con el referido pórtico septentrional que la unía al hospital de peregrinos y cementerio, situados al Norte del conjunto.

    La cruz llamada Tau o Thau, fue usada por el fundador de la orden en memoria de la liberación de los primogénitos de los hebreos, los cuales tenían sus puertas marcadas con este símbolo. Esta Tau libraba de pestilencias a todo el que la llevaba.

    Es templo de planta de cruz latina, de esbelta nave de dos tramos, con rosetón y portada principal a los pies, y transepto destacado, al que se abren sendas capillas poligonales, mejor conservada la meridional. La capilla mayor mantiene sólo parte de sus muros, con doble nivel de ventanales apuntados entre potentes contrafuertes exteriores, recordando los modelos absidales de Las Huelgas de Burgos y Saint-Antoine-l’Abbaye, en Isère, casa madre de la Orden Antoniana, en reconstrucción a mediados del siglo XIV.

  Los rotundos contrafuertes que ciñen el edificio sostenían las desaparecidas bóvedas de crucería que cerraban el conjunto, de las que quedan sus arranques. Por el lado de la Epístola, al transepto se abría hacia los pies una colateral, a modo de nave de conversos. El claustro y resto de estancias monásticas, perdidas, se alzaban al Sur del templo. En éste, es notorio el esviaje del testero del brazo Norte del transepto, adaptándose al camino. A él se abre una monumental portada con seis arquivoltas, escudos reales y acceso partido con hornacina central, que en el siglo XVI recibió el pórtico hacia el hospital. Junto a ella, en dos alacenas en el muro, hallaban comida los peregrinos que deambulaban a deshora.















   VÍDEO ELABORADO POR KEPA B. RUANO:

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