Cueva Ermita de San Bernabé (Merindad de Sotoscueva).
Sin lugar a dudas es uno de esos lugares que no hay que perdérselos bajo ningún concepto. Forma parte integrante del Monumento Natural de Ojo Guareña. Este complejo kárstico es el más extenso de la península y está compuesto por varias cuevas interconectadas, en las que se hallan topografiados unos ciento diez kilómetros de galerías. Quedan sin explorar diversos tramos que se encuentran anegados por el río Guareña.
Dentro del complejo se han descubierto cerca de 70 yacimientos arqueológicos, correspondiendo los más antiguos al paleolítico inferior, amén de su fauna autóctona.
Nuestra intención principal era visitar la ermita de San Bernabé, que alberga un gran mosaico de pinturas que cubren las bóvedas naturales y que datan del siglo XVIII. Las pinturas relatan los martirios y los milagros de San Tirso que es su advocación más antigua. En el altar se encuentran dos tallas de los santos. Una, entronizada, que representa a San Tirso (s.XIII) y la otra a San Bernabé, de posterior filiación.
Romería de San Bernabé de hace 40 años. Se celebra el sábado siguiente al 11 de junio.(Foto de mi archivo).
Es conveniente sacar con antelación las entradas (vía web) para no llevarnos sorpresas. Aunque la visita guiada a la ermita incluye un trayecto corto a través de la cueva, el punto fuerte es sin duda la ermita y sus pinturas. El trayecto que se hace a través de una cueva lateral ofrece poco interés geológico al carecer de espeleotemas, efectuándose varias paradas donde la guía aporta información al respecto. La primera consiste en una proyección audiovisual; la segunda parada, en la pila calcificada del santo; la tercera, donde se contempla una gran oquedad de derrubios de la cueva; y la cuarta, en los silos de época visigoda de gran interés arqueológico. Desde allí se accede directamente al interior de la fascinante ermita de San Tirso y San Bernabé.
Hay más opciones de visita al complejo kárstico en el que sí se incluyen trayectos más largos a través de las cuevas que ofrecen un interés mucho mayor por sus formaciones calcáreas. En todos los casos se entrega un casco por seguridad. Eso sí, hay que ir con calzado y prendas apropiadas teniendo en cuenta que la temperatura en el interior no excede de los 12 grados.
Existen varias leyendas asociadas a estos lugares de las que relaciono solo algunas:
LA DEL REY GODO Y LA PASTORA. Relata que un día entró a la cueva del Río Escondido o de San Bernabé un rey godo siguiendo a una hermosa pastora. Como tardaban en salir, alarmado, fue a buscarles el físico del rey. Cuentan las gentes del lugar que durante días se oyeron los ecos de lastimeros quejidos y gritos desgarradores… La verdad es que de la cueva jamás salieron ni la doncella, ni el rey, ni el físico.
Pero hete aquí que el Grupo Espeleológico Edelweiss encontrara en la zona laberíntica de la Vía Seca un esqueleto de un hombre que se perdió. Junto a sus huesos aparecieron una fíbula y un cinturón de bronce y su cinta (mediados s. VI d.C.). También se halló una represa artificial, hecha con barro y fragmentos de estalactitas rotas, que hizo para recoger el agua que goteaba de ellas. ¿Tendrían algo que ver con la leyenda...?
Museo de Burgos: Hallazgos del hombre perdido en la cueva. (S. VI dC.).
LA DEL ANCIANO LAN: En tiempos muy remotos la cueva era la oscura y triste morada de un hombre de larga barba llamado Lan. Pasaba sus días y sus noches acompañado de una osa y dos animales monstruosos. La imaginación popular decía que el venerable anciano era un druida que custodiaba la fuente de la sabiduría, también las aguas milagrosas y curativas relacionadas con los ojos, que manan de la gruta.
Lo primero que visitamos después de aparcar el coche fue la encina sagrada, lugar de celebración de los concejos de la Merindad. Más tarde se trasladaron a la cueva que hay al lado de la ermita donde, en la actualidad, se proyecta un audiovisual.
Curioso edículo que pudo tratarse de un humilladero.
La ermita de San Tirso y San Bernabé incrustada en las cuevas.
Quisicedo en zoom.
En la entrada a la cueva se proporciona una rejilla y un casco por seguridad.
Inmortalizando momentos. !Menudas pintas¡.
De los pocos lugares donde está permitido sacar fotos.
En la parte alta-derecha se descubrieron restos de fogatas asignadas a Neardentales.
Parte posterior de la ermita que permaneció casi tapada por los sedimentos donde se encontraros restos humanos enterrados en un silo que pudo hacer las veces de mazmorra.
Acceso desde la cueva a la ermita.
Se aprecian las filtraciones calcáreas en un rosetón que en su día se produjeron.
Podemos contemplar una serie exagerada de tormentos crueles por los que tuvo que pasar San Tirso.
En el centro del altar: San Tirso.(s.XIII).
Representación de San Tirso con una sierra.
Talla de San Bernabé, posiblemente barroca.
Tormentos y milagros de San Tirso por doquier.
Vista general de la fantástica ermita rupestre.
A la salida de la ermita y a pesar de los nubarrones, notamos la gran diferencia de estar a 12 grados en el interior a estar a 25 grados en el exterior.
1 comentario:
Este sitio lo conozco, fascinante su visita en un entorno natural mágico.
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