jueves, 20 de abril de 2017

La ermitilla románica de Santa Marina (Huéspeda). En el filo mágico de dos mundos: El duro Páramo y la exuberancia de Las Caderechas.


Acercarse al Valle de Las Caderechas en la época de floración de los cerezos es un gran motivo, pero en esta ocasión la cosa iba por otros derroteros.

Calle principal de Huéspeda
   Hace unos cuantos años que un amigo me insistió en subir hasta la diminuta ermita de Santa Marina que se encuentra a unos 1.100 msnm. y se accede desde el pueblo de Huéspeda .Me aseguró que me gustaría mucho el lugar. Se suponía que la ermita estaría en ruinas. 
  La verdad es que me daba pereza ya que para llegar a ella es necesario remontar el valle y subir hasta el nivel del alto  páramo de Masa. El miércoles santo cogí los "bártulos" y me fui hasta Huéspeda. Hacía mucho calor (unos 24ºC) que aunque aparentemente no son tantos, para este tipo de travesías (al menos para mí) me resultan sofocantes. 
   El camino comienza casi al final del pueblo y es muy amplio. En las afueras del pueblo no pude evitar salirme del trayecto para sacar unas cuantas fotos a los últimos cerezos que pronto dejaría atrás, puesto que a partir de entonces los pinos, encinas y quejigos tomarían el relevo, cubriendo las faldas del monte sin solución de continuidad.

  El sol y el calor me aplanaban, pero sin darme apenas cuenta, ya había remontado a los altos. De repente el alivio término fue muy evidente. Calculé una diferencia de casi diez grados con respecto a Huéspeda. 
    Antes de alcanzar la ermita, serpenteando el gran cortado,  me topé con varios puestos de vigilancia de cazadores (supongo). También había pequeñas fincas cercadas con tapias de piedras. 
   Nada más llegar a la ermita percibí que estaba en un lugar especial, Había algo en el ambiente que me producía positivas vibraciones. La "nanoermita" estaba restaurada y solitaria, casi al borde del cortado. Esa sensación extraña desaparecía cuando uno se alejaba de ese punto para conseguir las imágenes desde los mejores ángulos y perspectivas. Pudiera ser autosugestión o lo que fuera pero era consciente que ese lugar no tuvo que pasar desapercibido y resultar muy atractivo no solo para las gentes que hicieron la ermita, sino para los antiguos pobladores de esas tierras.  Es como la frontera entre dos mundos separados por un cortado y un desnivel enorme. La frontera entre el frío y alto páramo de horizontes interminables  y la balconada al profundo, exuberante, enorme y cálido valle de las Caderechas cercado de montañas hasta el horizonte más lejano.  Pero la sorpresa fue cuando entré en el edículo de la ermita y vi el pequeño pero bien construido ábside y la hornacina central vacía donde se supone se colocaría una talla de la Santa. Observé con detalle el ábside y llegué a la conclusión que es muy antiguo, del más puro románico. Esto me hizo pensar que estaba en (tal vez) la ermita románica más pequeña de...("prefiero que los límites los pongáis vosotros") . Increíble. Nunca había visto algo semejante. El ábside que hace de altar,  en su parte exterior, es cuadrado y macizo lo que explica que en un lugar así se haya podido conservar a pesar de las condiciones climáticas durísimas que haya tenido que soportar durante tantos siglos.
   
   Puede que parezca que soy muy sugestionable dejándome afectar por sentimientos y presentimientos espirituales y a la vez contradictorio cuando algunas veces saco a pasear mi "escepticismo agnóstico", pero lo cierto es que  son poquísimos los sitios donde percibo este tipo de sensaciones y vibraciones difíciles de explicar. Ahora, ni los recuerdo.

   Pero me pregunto, ¿porqué en este lugar tan alejado de cualquier pequeño núcleo de población?. ¿De dónde proviene la devoción a Santa Marina en aquestos lares?. ¿Qué existió antes en el lugar donde se construyó la ermita?. Tal vez un monumento prehistórico funerario o un altar de épocas remotas?. Ahí algo hubo y lo presentí.. Quizás sea producto de mi imaginación...o no.
   A sí es que os emplazo a que subáis a la ermitilla y tiréis por tierra lo que sentí. Os va a resultar dificil, que conste.
   Como siempre digo...En las Caderechas no son siempre frutales en flor todo lo que reluce. Es mucho más que eso.

Rincón ajardinado de una casa

Los últimos cerezos en flor antes de adentrarnos en el monte forestal


El camino de ascenso a la ermita es amplio y los parajes que atraviesa son de singular belleza

Las peñas de los cortados antes de encumbrar

Nada más encumbrar  aparece por sorpresa el gran páramo de Masa con algunas fincas abrigadas por tapiales

No se si son puestos de vigía de observación de  aves o puntos de camuflaje para la caza. Me temo que lo segundo.

Los escasos pinos del páramo retorcidos y torturados por la dureza del clima en la paramera

Panorámica del valle Las Caderechas desde los Altos.
Ermita de Santa Marina a unos 1.100 msnm. Hay quien me ha dicho que tiene forma de horno como alusión al martirio que sufrió la Santa


Nada más ponernos enfrente ,se puede apreciar el hermoso y minúsculo ábside románico


La bandela del Atletic Bilbao ondea en el pico llamado también de Santa Marina (1.153msnm)

Detalles del ábside con su hornacina.


Pequeño ventano desde el interior

El mismo ventano desde el exterior donde se aprecia la fuerte erosión de la toba
Acabo de recibir esta imagen del estado en que se encontraba en el 2008. A pesar de estar en ruina se aprecia su auténtica estructura románica. Me parece un gran documento al encontrarse actualmente muy remodelada. Muchas gracias Miguel Vivanco. 


Panorámica de las Caderechas mirando al sur. Detrás del monte central se encuentra la Peña Cironte (Hozabejas)

El valle de las Caderechas desde la ermita (mirando al Este): Los picos d el Mazo, El Castilviejo y al fondo la Sierra de Oña con su mesa al frente

Desde casi el mismo punto pero mirando al Oeste, el mundo cambia drásticamente :El  amplio y duro páramo de Masa.


   VÍDEO RECOPILATORIO: Podía haber puesto la música de la primavera de Vivaldi, pero he querido darle un halo de misterio.


12 comentarios:

lalomimar dijo...

Gracias Zález por enseñarme un lugar que no conocía y que visitaré para realizar un dibujo, o varios, "in situ".

El tejón dijo...

Creo que desde mi agnosticismo, yo también habría experimentado esas sensaciones.
Muy buena y bien documentada entrada.
Un saludo.

Fernando dijo...

Ciertamente la Ermita (o como tú dices "Rrmitilla") de Santa Marina está bien conservada o restaurada a la vez que en uno curiosa ubicación
Bueno reportaje -fotográfico escrito- y buena la elección de la banda sonora del vídeo
Saludos

Peña del sol dijo...

Siguiendo el mismo camino que lleva a la ermita, se puede bajar a Madrid de Caderechas y volver por parcelaria hasta Huespeda. Es una bonita ruta circular.
Epero que lo hayas disfrutado, Zalez.

Bárbara dijo...

Me maravilla como, aparentemente, la han restaurado y lo bien que se conserva, Gracias por llevarnos hasta allí.

Cironte dijo...

Acepto tu invitación a repetir esa experiencia tan singular que nos cuentas...
Gracias y saludos, Miguel Ángel.

ZáLeZ dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Es la forma más bonita de saber que estáis interesados en lo que pongo.
En cuanto a Alberto Alonso, comentarte que tengo previsto un día (no sé cuando) en poder subir a Peña Cironte, pero no sé cual será el acceso más apropiado.
Saludos.

Alberto dijo...

Hola, de nuevo, Miguel Ángel.
Cuando pienses acometer la subida a la parte más interesante y fácil de la Peña Cironte, te aconsejo que lo hagas subiendo por la carrera de Escóbados. Un poco más arriba de la zona por donde subiste a la Cueva 'Las Narices'.
Nada más remontar ese tramo en cuesta, llegas a un tramo llano (Huerta Nogales) y verás a la derecha una zona de canchales que, aun siendo costosa, es la más fácil y rápida puesto que por ella accedes al punto con mejor perspectiva del valle desde la cima.
¡Cuidado con las carrascas! Debido a su espesura, te ocultan la vista del terreno y sin darte cuenta estás en el borde de la Peña.
(En mi vídeo 'Perspectivas de Hozabejas', de este verano pasado, puedes apreciarlo perfectamente).
Saludos.

ZáLeZ dijo...

Hola Alberto:
Comentarte que he tenido noticias recientes del Grupo espeleológico Edelweiss y lo que son las cosas, tienen conocimiento (porque lo vieron) que hay algún sujeto o sujetos, por decirlo de alguna manera, que andan intentando hacer excavaciones en las cuevas de Las Narices Así que tenéis que estar al loro en el pueblo de gente extraña o que se las vea en repetidas ocasiones.
En cuanto a la subida a Cironte por lo que he visto en el Iberpix, se tomaría la subida como a un Km. desde el cruce de Hozabejas en dirección Escóbados. En ese punto aparece un canchal de piedras que es lo único que parece librarse de la vegetación. Gracias pues.
Saludos cordiales. Ya miraré el vídeo con detenimiento.

Cironte dijo...

Hola de nuevo, Miguel Ángel. Aprovecho este intercambio de mensajes para felicitarte cordial y efusivamente por el tema de las recreaciones de castillos que vienes realizando (que me encantan), y que es parte de la noticia en la prensa burgalesa (CdB) de hoy, referente a ese tema.

ZáLeZ dijo...

Hola Alberto:
Muchas gracias.
Se trata de una pequeña aportación a la futura publicación del libro por parte de la Asociación de Amigos de los Castillos de Burgos. Siempre estoy dispuesto a cooperar ya que el tema de los castillos, sobre todo los olvidados, desaparecidos, en ruinas...forman parte de nuestro pasado.
Y aprovechando la coyuntura, me han informado de que cerca de Hozabejas , en Rucandio parece que existió una torre o castillo y prueba de ello existe un arroyo que llaman la torre. Sabes algo?.
Saludos,

Isma dijo...

Hola Zález. Casualmente ayer encontré el momento para subir hasta esta ermiteja a la que hace tiempo le había puesto el ojo virtual encima. Cierto es que aunque parece no valer mucho, por lo menos el camino no está nada mal y la panorámica desde el lugar que bien podríamos llamar "Balcón de Caderechas" es impresionante además de, como bien mencionas, constatar de un vistazo la diferencia de vegetación entre el páramo y el valle al abrigo de la montaña.

Un saludo.