Este año, con los calores del verano, no tuvimos dudas en elegir las tierras asturianas para pasar unos días sin sofocos.
Como centro de operaciones, nos alojamos en Oviedo, la Vetusta de Leopoldo Alas "Clarín" en su inmortal novela, La Regenta. Una vez instalados en el hotel, lo primero que hicimos fue dar un paseo por la ciudad sin mayores pretensiones.
Vista general de Oviedo desde las estribaciones del Montes Naranco.
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