miércoles, 25 de octubre de 2023

Cuando en La Bureba y en su entorno se hablaba euskera.


Aprovechando la coyuntura del uso de las lenguas cooficiales, me gustaría profundizar en la historia relativa a nuestras raíces lingüísticas vascas como algo nuestro, que nos enriquece, que no nos es ajeno  y nos debería enorgullecer, del mismo modo que asumimos formar parte del territorio donde precisamente surgió el romance castellano. 

  Sé que es mucho pedir pero me gustaría que dejáramos a un lado la contaminación generada por la política actual y nos pusiéramos unos" EPIs" mentales para intentar verlo de una forma lo más aséptica posible. Yo lo he intentado aunque no estoy seguro si lo he conseguido. 

  Contextualizando:

    Existen evidencias de que en estas tierras de La Rioja, de La Bureba, del Este de Merindades, el alto Oja, Tirón, Urbión, Oca, comarca de Juarros y alcanzando incluso al alto Arlanza y norte de Soria, se habló  un arcaico euskera durante los s IX, X, y XI,  como lo demuestra la numerosa  toponimia vasca que aún  persiste.

  También las podemos encontrar en los cartularios de Valpuesta, Monasterio de San Martín en Herrán o Monasterio de monjas de San Miguel de Pedroso. 

    Menéndez Pidal, el filólogo e historiador español más prestigioso del siglo XX, presidente de la Real Academia de la Historia y estudioso del origen del castellano, sostenía «el incuestionable substrato vasco del idioma castellano»

Paisaje de Valpuesta.
   La reciente tesis de la “Euskaldunización tardía” dice que, en las actuales provincias de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, no se hablaba euskera hasta el siglo V o incluso después, cuando se produce una migración desde Aquitania con población de habla vasca que se sobrepuso a una población autóctona indoeuropea. Tesis muy controvertida y rebatida.

  Según  esta "tesis", en La Bureba no se produjo hasta la  llegada de la repoblación foramontana. Fue entonces cuando gentes procedentes mayoritariamente de lo que hoy seria Bizkaia y Araba, tras haberse casi despoblado nuestra zona por las incursiones constantes de los musulmanes, trajeron consigo el euskera. Esto sucedería durante los s. IX al XI. Mientras que en los monasterios se utilizaba el latín en sus escritos como lengua "culta y de escribanía", el pueblo llano no se expresaba así sino que utilizaría un primitivo vascuence. 

Cuevas artificiales de Valpuesta.
   Valpuesta  (Berberana) fue fundada por el obispo de Oca o Auka, llamado Juan, en el 804. Éste trasladó su diócesis hacia el norte, en Valpuesta ante la presión musulmana sobre el territorio, para lo que contó con la ayuda del rey Alfonso II el Casto de Oviedo-Asturias (760-842). La Bureba pasaría entonces a la mitra de "Vallis Composita" al igual que antes lo había estado bajo la de Auka.  A mediados del siglo X surge  el microcondado de Lantarón y Cerezo que formaría parte del Condado de Castilla, y en el XI pasó  a pertenecer al reino de Pamplona durante un tiempo hasta que en la batalla de Atapuerca revertió al Condado castellano (Reino de León).

    Navarra siempre reivindicó La Bureba, junto con otros territorios, generando conflictos territoriales entre Sancho VI (el Sabio) de Navarra y Alfonso VIII de Castilla. Todo ello motivó que acudieran al  rey de Inglaterra Enrique II quien emitió un laudo arbitral (año de 1.177) por el cual el rey navarro tuvo que renunciar definitivamente a La Bureba y parte de La Rioja. Pero incluso hoy siguen pululando en internet publicaciones insistiendo en la pertenencia a Navarra.
Al fondo, fuente de San Indalecio, que dicen
 fue el primer obispo de Auka (Villafranca
Montes de Oca).
    Valpuesta conoció sus años de esplendor en los siglos IX, X y XI y se convirtió en el primer obispado que comprendía desde el Oeste de la ría de Bilbao hasta el río Asón en Laredo, abarcando el sur de Autrigonia, para luego caer en el olvido en los siglos posteriores.

 En sus famosos cartularios aparecen nombres propios en euskera (Amatu, Anaia, Elzeto, Eneko, Endura,  etc.) junto con vocablos que serían los precursores del romance castellano como "potro".



Foto montaje del Cronicón de Oña y el sepulcro tallado en madera de nogal del rey Sancho III "el Mayor" de Navarra, aunque por error del escultor consta en el frontal como Sancho Abarca. 
 Entre las  diversas hipótesis del topónimo Oña, la que más peso tiene,  sería la relacionada con el euskera según Juan del Álamo (1950) así como la de Pérez de Urbel (Vasco-Ibérico).

El historiador burgalés Fray Justo Pérez de Urbel (1895-1979) -Doctor en Filosofía e Historia, catedrático de Historia de España medieval-,  en su obra «Los vascos en el nacimiento de Castilla», decía lo siguiente: "Valpuesta es el centro más importante de la onomástica eusquérica; pero desde Valpuesta la vemos extenderse por todos los centros de la repoblación de esa zona oriental de Castilla, por Tobilla, Losa, Tobalina, San Millán, Bureba, Cerezo, las riberas del Oja, Tirón y los montes de Oca, hasta cerca de Burgos."

    Es importante reseñar que los llamados documentos de Buezo de Bureba y los de Pando, forman parte de los Cartularios de Valpuesta y  es en éstos, donde aparecen la mayor concentración de nombres de origen vasco.  Entrada relacionada: BUEZO DE BUREBA EN LOS CARTULARIOS DE VALPUESTA.  


Montes de Oca (Desfiladero)
  El origen toponímico de Bureba procedería de la divinidad autrigona Vurovio. No fue hasta siglos después cuando reapareció en los primeros documentos medievales como Borovia,  Boreba, Burueva... de clara vasquización natural originada por el habla de sus gentes. La Virovesca romana, (Briviesca) ostentó la capitalidad. Por tanto, coincidía casi con el territorio del pueblo prerromano de los autrigones. El topónimo de Virovesca también tuvo sus pequeñas variantes a lo largo de los siglos siendo afectado también por simple vasquización natural: Verduvesca, Virdubesca, Viruesca, Buruesca, Burebesca hasta la actual Briviesca. (Nótese la similitud de la palabra Bureba con las diversas denominaciones de Briviesca como "cabeza/viro/uiro/buru" que ya la evidenciaba como la "capital de la Bureba". La desinencia ESCA , según Félix Sagredo,  resulta más problemática. 

Briviesca. Otoño.
Briviesca. Invierno. El río Oca
desde el puente de la Epitafia por
donde discurría el camino de los romanos.
  En el acta fundacional de San Martín de Ferrán (Valle de Tobalina), que se conserva en el monasterio de San Millán de la Cogolla y fechado en el año 852, aparece escrito por primera vez el nombre de “Castilla” (incluso antes que en Taranco de Mena), entre unas cuantas palabras en lo que ya se podría también considerar castellano antiguo y donde aparecen entremezclados vasquismos. Este manuscrito también sería anterior -en más de un siglo- a las Glosas emilianenses. 

Restos del monasterio de San
Martín de Ferrán (Herrán -Valle de Tobalina)

Tumbas rupestres de S. Martín de Ferrán.
El documento más antiguo que se conserva de esta comarca fronteriza, es del monasterio de mujeres de San Miguel de Pedroso, cerca de Belorado, fechado en el año 759. En el documento escrito en latín, donde no hay trazas de romance castellano, junto a nombres latinos y germánicos aparecen nombres eusquéricos como: Amuna, Semena, Sancia o Anderezzo.
Molino de S. Miguel de Pedroso.

San Miguel de Pedroso (Representación festiva de las disputas
 entre Autrigones y Berones) que posiblemente nunca existieron.
    Sánchez Albornoz (Madrid 1893-Ávila 1983), catedrático de historia en las universidades de Madrid, Barcelona y Buenos Aires y presidente en el exilio de la Segunda República española, afirmó que "el pueblo castellano nació de la matriz vasco-cantábrica". 

     Eduardo Martínez Aznar, en su libro “El euskera en La Rioja” (2011), escribía tras una revisión de todo los textos y trabajos al respecto: «…la existencia de un amplio conjunto toponímico y onomástico vasco medieval en todo el territorio autrigón, y que al igual que en el caso riojano, es bastante difícil que haya surgido de una repoblación tardía y apresurada», quizás poniendo así en duda la teoría  de la vasconización tardía, no negando la posibilidad de que ya existiera un sustrato vasco arcaico entre las tribus prerromanas de  bárdulos,  caristios y autrigones. Esta hipótesis  se encuentra muy arraigada tanto en Euskadi como en Navarra y no se debería ignorar.

Estelas oikomorfas burebanas ("Casitas de Poza de la Sal")
expuestas en el Museo Frèderic Marés de Barcelona. Se descubrieron más de
 300 pero la mayoría se han perdido y otras se encuentran desperdigadas
por diversos museos.
    En relación al supuesto sustrato vasco en las tribus prerromanas indoeuropeas mencionadas, me apetece traer a colación una serie de referencias a las estelas oikomorfas burebanas que se me antojan interesantes:

   «Los nombres latinos de los epígrafes burebanos, conocidos y bien documentados, pudieron recubrir o traducir en algunos casos nombres indígenas. Uno de los personajes referidos es Sulpicio Paterno, cuyo “cognomen” tal vez esté traduciendo el antropónimo indígena Atto, derivado de la voz infantil “atta”, papá (aita en euskera). Algo similar pudiera ocurrir con Materno, que quizás esté aludiendo a un nombre indígena basado en “amma”, mamá». (Víctor Manuel Dávila Vegas, Licenciado en Historia por la Universidad autónoma de Madrid).

 «El latín de las inscripciones estudiadas es vulgar, rústico y en muchos casos tardío. Es el latín de las gentes cuya lengua materna era distinta y que habían tardado en aprenderlo, no en escuelas, sino conviviendo con personas tampoco caracterizadas por su elegancia lingüística. Es curioso que en una región como el Norte de la actual provincia de Burgos, cuyos habitantes tantos problemas tuvieron para aprender latín, se forjase en el Medievo una lengua romance rápidamente expandida, la castellana. Los autrigones burebanos cometieron numerosos errores en las inscripciones latinas, sonorizando oclusivas intervocálicas, geminando consonantes, suprimiendo la m final de algunas palabras y confundiendo vocales». (Abásolo, Albertos y Elorza, 1976, 64-65).
   
Tésera pisciforme de hospitalidad de Briviesca, procedente del castro autrigón del Monte San Juan.


   Es importante señalar que las relaciones entre Bureba y Rioja siempre han sido muy estrechas y desde muy antiguo como lo demuestra el hecho de que en el Monasterio de Suso (San Millán de la Cogolla) se localice uno de los sarcófagos paleocristianos procedentes del taller de la Bureba  
Sarcófago paleocristiano muy desgastado y dañado
ubicado en un lugar tan emblemático como  el
Monasterio de Suso. (San Millán de la Cogolla).

 En el valle de Ojacastro (La Rioja) a escasos 45 km. de la Bureba, el rey Fernando III dio a sus habitantes el fuero que les facultaba para deponer en vascuence en las pesquisas que en él hiciesen sus Merinos. Bien es cierto que su situación orográfica lo convirtió en una laguna lingüística.  Esto sucedió en el s. XIII. (J. B. Merino, El vascuence en Rioja y Burgos).

"La Varona" (Villanueva de Teba)
  Aunque ya en siglos posteriores también se aprecia una relación estrecha con la actual Araba/Álava.  La importante casa nobiliaria alavesa de Los Varona tuvo una torre medieval importante en Cameno (pedanía de Briviesca), así como una casa solariega en el pueblo burebano de Villanueva de Teba (antiguo Villanueva del Conde)  con un magnífico escudo presidido por "la Varona".   La fundadora de esta familia fue María López,  natural de Villanañe en el alavés Valle de Valdegobía donde se ubica el palacio torre de los Varona). Se retiró al Monasterio de Oña, donde falleció y está enterrada.  Más datos interesantes de lo relatado, clicando aquí.

El Habla de la Bureba (Fernando González Olle).
      A modo de paréntesis y aunque me salga un poco del tema principal del post, voy dar un salto temporal y situarme en tiempos  "recientes" (1963) cuando se publicó un libro de El Habla de la Bureba, dentro del estudio del castellano de Burgos. Su autor,  Fernando González Olle, encontró un número elevadísimo de coincidencias entre el léxico burebano y el léxico alavés, no solo en palabras y conceptos generales, sino en campos terminológicos muy particulares y tradicionales.  

      "Retomando el tema principal":
   Por consiguiente, tal y como lo aseveran Sánchez Albornoz y Menéndez Pidal (los mejores historiadores españoles del siglo XX), el castellano nació en tierras navarras de Castilla Vieja, la Bureba, Belorado (Oca-Tirón) manteniendo un substrato vasco autrigón claro, en algunos elementos considerados específicos del castellano, como algunas consonantes presentes también en el euskera, la confusión de la “v/b”, el uso de sólo cinco vocales (frente a las siete del catalán, por ejemplo, 8 del francés y hasta 10 de otros idiomas romances) o la desaparición de la “f” inicial del latín.

Belorado.

Estela de tipo fálico s.III, de Fresneda
de la Sierra.
  
 Existe abundante toponimia vasca en los valles altos
 del interfluvio Tirón-Urbión con el río Oca .

Así lo decía ya el Padre Fita en el “Boletín de la Real Academia de la Historia” española de 1881: “…El idioma vasco ha transmitido al habla de Castilla la claridad y limpieza de sus vocales; y es radical importante de la española…”. Este tipo de préstamos son los llamados por los lingüistas como “préstamos areales”: se producen por la concurrencia de diferentes idiomas en un mismo espacio. Ello no significa que el castellano venga del euskera, sino que el haber nacido sobre gentes vascas dejó su impronta en él, aunque no tan importante como en el romance gascón, donde el euskera es determinante.

Busto de Bureba.

   El briviescano Juan Miguel Núñez (Juanmy), sastre de profesión, recopilador de datos, poeta popular y escritor (de esto hace muchos años), conocedor  de mi interés por la historia,  me aportó multitud de datos históricos y artículos de Briviesca y la Bureba que fotocopié uno a uno.  Desgraciadamente el tóner de aquellas viejas fotocopiadoras antiguas no resistió la humedad ni las mudanzas durante años y muchos de los textos se diluyeron como si fueran de polvo y otros se me extraviaron.

   Pero recuerdo perfectamente una anécdota relativa a Busto de Bureba, donde se relataba que en este pueblo, en tiempos de la repoblación,  se originó un gran problema de comunicación entre un poderoso magnate y  los campesinos del pueblo que trabajaban a su servicio. El motivo estaba originado porque hablaban entre ellos en un habla incomprensible (con casi total seguridad en euskera) que no gustó al magnate. Todo ello acabó en un grave conflicto que sospecho no terminó nada bien para los campesinos. Ignoro la fuente de donde pudo recogerse este evento, lo que lamento enormemente, pero le doy total credibilidad viniendo de Juanmy. En aquellos tiempos no existía  Google pero estaba él siempre dispuesto.

Ruinas del Monasterio de San Miguel
 (Busto de Bureba).

 A pesar de los escasos rastros que el euskera ha dejado en la toponimia burebana, quizás debido a ser zona de tránsito/corredor, a la sobreexplotación de las fértiles tierras de cultivo, las transmisiones de titulares,  modificaciones, divisiones, segregaciones de las fincas sufridas durante centurias, roturaciones y, sobre todo, por la reciente Concentración Parcelaria que agrupó diversos pagos en uno más común,  aún podemos intuir rasgos vasquizantes en diversos pueblos, pagos y lugares. No así sucedió en zonas montañosas de alto Oja, Tirón, Oca, Urbión, donde están más definidos y conservados.
Desfiladero de Pancorbo. La zona de tránsito más importante de los
montes Obarenes por donde discurría  una Via romana. El gran coladero de gentes, culturas, desde la
 prehistoria,  las edades del hierro, la repoblación foramontana y
lugar de batallas por el control de territorios. 

   Algunos posibles ejemplos en la Bureba: Quintana-urria, Quintana "Loranco", Miraveche,  Galbarros, Val de Azo (Valdazo). Berruza (poblado desaparecido de Calzada de Bureba). Zuñeda (antiguo Zonneta).  Vallarta de Bureba. Grisaleña. Ameyugo. Encío.  Tamayo. Oña.  Calahorrilla (poblado desaparecido de Vileña). Castillo desaparecido de Cuevarana "Cueva-arana" (Oña). Solduengo. Altable. Piedrahita de "Juarros".  Arraya de Oca. Turrientes.
Valdazo-Briviesca.
   Lugares y pagos: En Los Barrios de Bureba: "Naya"·. En Cubo de Bureba: Fuente "Onzarán". En Vallarta de Bureba: "Lucesma", "Ubáscones" Valdiza (Val de "Iza"), "Umala". En Pancorbo: "Arroyo de Bañaña". En Salinillas de Bureba: "Betayo".  En Briviesca:  "Bercedo",  "Agorral", "Belea", "Berrezala", "Val de Zoño", Val de "Beza", "Lopia", Val de "Aña".   En Abajas: "Alto Mizarra".  En Busto de Bureba: "Arroyo de Lebrana" cuyo nombre nos retrotrae al antiquísimo mercado burebano de Lebrana que según las fuentes estuvo en término de Cornudilla. En Aguilar de Bureba los pagos de "Aldaro" y Carra-"váscones" donde se cultivaban viñas para producción del chacolí. En Reinoso: "Escarro", "Valdevelancha".  En Valdazo: Cuesta "Mozorro". En Laparte de Bureba: "Lezama". En San Pedro de la Hoz: "Valli-zarra". En Rojas de Bureba: "río Zorita". En Oña "Ordun". En Rucandio (Las Caderechas):  "portillo del Arrate". En Cerezo: "Arto" poblado desaparecido. En Grisaleña: "Atala". En Solduengo: "Mariota".  Cascajares de Bureba: "Roldán". En el despoblado de Ventosa: Peña "Lerena". En Soto de Bureba: La "tipla". En los Obarenes de Pancorvo: Campa "Ayerta". En Quintanaelez: "Galindo". En Cornudilla: "Barrunte".  En Bañuelos de Bureba: "Campos de Orduña". En Pancorbo: "Oldabe",  Senda los corrales de "Baragón" y arroyo de García "Mureta". En Valluércanes: "Bañana",  Río  "Arto". En Galbarros: Fuente "Usquera", "Guillarte", "Muneca". En Salinillas de Bureba: Peña "Macorra", Alto "¿Liñones?". Entre Altable y Foncea: camino de "Otarqui".  En Quintanabureba: Arroyo "Arrieta". En la Bureba, próximo a La Molina: monasterio desaparecido de San Martín de "Anzó". En Salas de Bureba: pueblo desaparecido de "Núzar". En Quintanilla San García: Val de "Guiza", Val de "Zan".

   Es notoria la existencia de bastantes palabras compuestas con el apócope de valle: val, formando topónimos compuestos con palabras de claro sustrato vasco como, por ejemplo,  Val de zan.

   En Los Montes Obarenes: "Pico Larra", "¿Galdampio?", "pico La Maya", Paraje "Uloba", hayal de Esperua. Hondón de "Matute".  Incluso el nombre de Obarenes derivaría de "Ubarna", diosa pagana mencionada en una inscripción hallada  en Miranda de Ebro. 

   Y tradiciones orales tan similares y curiosas como el hombre que tiene tantos ojos como días del año relacionado con el olentzero.


   Evidentemente hay que cogerlo todo con "pinzas" y sujeto a revisión o ampliación. 

   La anterior lista de topónimos burebanos está siendo ampliada a medida que voy recibiendo aportes de personas que se han puesto en contacto conmigo. Muchas gracias. 

   En resumen, el romance castellano  surgió de entre la gente llana que se expresaba en  vascuence arcaico con un latín mal aprendido y que pocos entendían, impuesto por las élites y utilizado casi exclusivamente en las escribanías monacales.  

    Todo esto siempre me lo había tomado como una asignatura pendiente. Hace mucho tiempo que lo tenía en borradores y no encontraba el momento oportuno en publicarlo porque podría generar polémicas. El momento llegó una vez que el Diario de Burgos publicara un reportaje haciéndose eco de que el euskera también se habló en algunas zonas de Burgos.  

5 comentarios:

El Deme dijo...

Excelente trabajo de investigación. Efectivamente, a nada que rebusques en la Historia te encuentras datos sorprendentes.

Jorge Calvo Ganzabal dijo...

Muy interesante

ZáLeZ dijo...

Hola El Dema y Jorge. Muchas gracias por vuestros comentarios. Saludos,

cat.n.az dijo...

Molt bona aportacio. Prou interesant!

ZáLeZ dijo...


Hola Cat.n.az Moltes gràcies.